Uno de los misterios del mundo, indescifrable y legendario, es el lenguaje secreto de los gatos. Se les tacha de descarados, antipáticos, soberbios… Pero en realidad uno de los errores principales es que son unos grandes incomprendidos. Las personas tienden a interpretar el lenguaje de los gatos como si funcionaran exactamente igual que los perros. Y no es así.
Es cierto que nos miran por encima del hombro, como si fueran una especie superior a nosotros. De hecho, es bien sabido que en Egipto se les veneraba como a pequeños dioses, especialmente por su labor como protectores del hogar -además de acabar con los roedores, los felinos cazan serpientes-. Y hoy en día esa apreciación no ha cambiado. Ellos son los dioses, nosotros sus esclavos.
En primer lugar debes saber que tu gato aprendió hace mucho tiempo que eres tonto. Sí, sentimos ser así de directos pero esto tiene que ser rápido e indoloro, casi casi como quitar una tirita.
Nos maúllan sólo a nosotros
Los científicos han descubierto que el principal sistema de comunicación de un gato se basa en un conjunto de olores, expresiones corporales, lenguaje corporal y tacto. Por ese motivo los gatos no se maúllan entre ellos-a menos que sean bebés tratando de llamar la atención de mamá gata-. Sólo lo hacen con sus humanos.
Al principio tu gato trataba de comunicase contigo utilizando su particular lenguaje para gatos. Luego comprendió que no entendías nada de nada, y decidió recuperar el idioma de los bebés para «hablar» contigo. Los maullidos.
Los diferentes tipos de maullido
Cuando un gato maúlla, su humano reacciona. Y en virtud de cada reacción se va componiendo un lenguaje especial de gatos para tratar de comunicarse con nosotros. Normalmente responden a:
- Un maullido corto quiere decir «ey, ¿qué tal?». Tu gato te reconoce y se alegra de verte.
- Muchos maullidos cortos encierran cierta emoción. «¿Dónde estabas? Te he echado de menos». Si has estado fuera de casa durante un tiempo, probablemente te recibirá así. O no, ves a saber…
- Un maullido de tono medio es una petición, normalmente de agua o comida.
- Un maullido más largo es una exigencia, normalmente de agua o comida. Como ya sabrás esa exigencia en el lenguaje de los gatos viene a ser algo así como «no me importa tener el comedero lleno, dame otra cosa» o «hace un par de horas que no me cambias el agua. Hazlo. Ya.»
- Si el gato maúlla en tono bajo, se está quejando. Se va a poner de morros contigo o directamente iniciará una pelea.
- Si maúlla de manera fuerte y persistente es que quiere algo. Comida. Y por supuesto, no importará que haya tres o cuatro platillos a su disposición. Quiere algo diferente.
El sonido típico de un gato: el ronroneo
Sin duda, el sonido de la felicidad es el ronroneo de un gato. Es un sonido de placidez, de relajación, y en un felino puede significar varias cosas:
- Alegría. Tu gato está contento y a gusto contigo y por eso hace ese ruidito, como si fuera un pequeño ronquido.
- A veces necesitas relajarte, y tu gato lo sabe. Si se coloca encima tuyo y ronronea, te está diciendo claramente que te calmes.
- También utilizan este sonido para relajarse ellos mismos. Si por lo que sea sienten que algo no está bien, seguramente se tumbarán y empezarán a ronronear para tranquilizarse.
Sonidos menos felices
También hay que tenerlos en cuenta porque:
- Si el gato sisea es que va a empezar a defenderse y pronto. Va a haber jarana porque está molesto, se siente amenazado o tiene miedo. Es su grito de guerra antes de lanzarse al ataque.
- Un gañido fuerte es cuando algo le duele repentinamente: como cuando le pisas la cola sin querer. No importa cuántas veces te disculpes. Va a estar ofendidísimo.
- Un cruce entre maullido y ronroneo es un toque de atención, como el que usa la gata para llamar a sus gatitos.
- Y si parece parlotear… o es que está entusiasmado, o puede que ansioso, o incluso frustrado… Así es el lenguaje de los gatos.
Otras maneras de comunicación no verbal
Por supuesto, existe un lenguaje de comunicación no verbal que los gatos utilizan, esta vez no tan conscientemente, con los humanos. Por ejemplo:
- Si un gato mueve la cola NO significa que esté feliz. Vamos a repetirlo por si acaso: el movimiento de la cola de un gato no implica felicidad sino inquietud o nerviosismo.
- Si un gato se pone de espaldas, es porque te trata como un colega. Confía en ti, sabe que no vas a atacarlo.
- Si se tumba mostrándote la tripa te muestra su total confianza, aunque puede que si lo acaricias te lleves algún mordisquito de advertencia. «Me gustas, pero no te pases»
- Si se tumba encima tuyo y entrecierra los ojos o parpadea despacio, te está mostrando su más sincero amor. Es como si te estuviera mandando besos. Puedes corresponderle haciendo lo mismo.
Por supuesto hay más gestos a tener en cuenta en el lenguaje secreto de los gatos, como la posición de las orejas, las pupilas, si está erizado o no… pero estas serán claves que desvelaremos en otra entrada.
Por lo pronto os queremos recordar que no es la primera vez que hablamos de sus majestades los felinos en este blog. ¿Queréis saber qué necesita vuestro gato para ser feliz? Visitad esta entrada y descubriréis todas las claves.
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