Iratxe Arteta, la pintora de emociones

Conozco a Iratxe Arteta desde hace años. Nos vemos unos pocos días, cada verano en Mallorca, en nuestro amado mar de Santa Ponça. Sabía que era una mujer activa, emprendedora, dinámica, divertida y muy inteligente. Pero desconocía que pintaba. Así que hace poco llegamos a un acuerdo: uniríamos su pasión con la mía para escribir e ilustrar su historia en una entrevista para casitaperfecta.com. Y esto es lo que ha resultado.

La distancia nos separa. Ella está en Madrid, yo en Palma, pero la magia que nos rodea y que a veces damos por supuesta, me permite visitar su estudio y a ella, mi escritorio. Estoy asombrada. Una planta palma areca que acaba de regar, suelo de madera impecable, paredes llenas de cuadros de todos los tamaños, carpetas, óleos de varios colores, pinceles, paletas, un lienzo que se está secando- el óleo, me explica, necesita cerca de dos meses para estar completamente seco- y mucha, mucha vida. Este es su espacio, y se nota. Tiene un sello especial, el del detalle perfecto que es casi su marca personal.

Iratxe Arteta, ¿cómo es tu pintura? Pregunta obligatoria, lo sentimos.

Se lo piensa unos segundos, al otro lado de la pantalla.

Me defino como una pintora de pintura abstracta, orientada a la decoración actual. Me gusta que las obras se integren en su entorno y en su decoración, soy una apasionada de este mundo, por eso trabajo mucho con decoradores y arquitectos. Y, sobre todo, busco la emoción de la persona que me encarga un cuadro.

Iratxe Arteta se queda pensativa y de repente se le iluminan los ojos con un destello.

Recuerdo que una vez entregué un cuadro y la persona lloró de emoción. Le gustó tanto… Y es que me gusta pintar cuadros personalizados, específicos. Le dedico mucho tiempo a cada lienzo.

¿Y cómo te definirías a ti misma como pintora?

Soy extremadamente detallista y perfeccionista, y eso a veces me da un poco de rabia porque en el arte no se puede buscar la perfección… se puede ser perfecto en el orden pero en el arte… es difícil hablar de unos límites. Tengo cuadros «terminados» presuntamente, pero que no están firmados porque no los veo acabados. Simplemente los dejo ahí… y los observo, veo qué les falta, si les falta algo, lo añado… Y sólo cuando creo y siento que están acabados, los firmo.

Y, sin embargo, tu trabajo «de verdad» no tiene que ver con el arte

No, yo llevo veinte años trabajando en un empresa del sector energético, actualmente trabajo en  business intelligence, pero he pintado desde siempre. Por ejemplo, he trabajado para el ayuntamiento de Madrid, ya que hice carteles de tamaño natural de tres por dos metros de una zona protegida del Manzanares, he colaborado con la Xunta de Galicia… A parte de tener mi trabajo, me he movido en paralelo porque soy muy creativa.

Entonces… ¿no has hecho Bellas Artes ni estudiado pintura…?

Mmm…  De pequeña fui a una academia de pintura y aprendí a pintar al óleo,  y algunas técnicas como el carboncillo, pasteles… pero nada más. Siempre me han dicho que tengo una especie de don, además, vengo de familia de artistas.

De hecho Félix Arteta obtuvo una tercera Medalla en la Exposición Provincial de Bellas Artes en Bilbao (1946) y colaboró como ilustrador y caricaturista del diario ABC. Su hermano, Aurelio Arteta fue Premio Nacional de Pintura en 1930 y algunas de sus obras se pueden admirar en el Museo Reina Sofía y en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Siempre he sacado matrícula de honor en dibujo y pintura -sigue explicando Iratxe Arteta- toda mi vida ha sido así. No sé por qué, pero sé sacar el color exacto de cada cosa. Además, tengo la facilidad de pintar exactamente lo que veo. Podría ser realista, porque se me da muy  bien, he hecho dibujos hiperrealistas, pero eso no es lo que me apetece pintar.

Así que estudié, normal y corriente, y me licencié en Ciencias Ambientales, fui la primera que hubo en Madrid. Antes había querido hacer arquitectura, hice dos dibujos y saqué un 99 sobre 100… Tengo algunos premios de arte de cuando estuve en Estados Unidos, de jovencita…

Iratxe saca una carpeta. Me enseña un carboncillo de un caballo, otro de una rana, cosas de cuando era pequeña, apenas diez u once años.

Madre mía, cuánto tiempo hacía que no veía esto… acuarela, pastel, carboncillo… pintaba de todo.

Tu taller es relativamente «joven», ¿cuándo empezaste a pensar que necesitabas uno?

Se dieron algunas circunstancias ineludibles. Yo soy muy emprendedora, y desde hace tiempo tenía ese «rum rum» de tener mi propio taller, pero no se me había ocurrido utilizar este estudio.

Iratxe Arteta señala a su alrededor, encantada.

Yo tenía esta casa alquilada, y de repente, el chico que vivía aquí encontró pareja y me comunicó que se tenía que ir… Y se me encendió la bombilla. ¿Qué hago? -me pregunté- ¿Me voy a lo seguro, que es tener un dinero fijo al mes por alquilar, o me tiro a la piscina y voy a por mi pasión? Pues decidí probarlo. Desde que monté el estudio, todo ha ido rodado.

La suerte es que yo tengo mi familia, mi trabajo, y este lugar está muy cerca de mi casa. Así que simplemente saco tiempo, por las tardes, por las noches… para pasar mis horas dedicándome a lo que me gusta.

Iratxe, cómo es tu estudio, qué lo hace tan especial para ti

Uf, mi estudio es una maravilla- sonríe a través de la pantalla- entro aquí y, no sé cómo explicarlo, me encuentro a mí misma, llego a casa. Es muy luminoso, muy bonito, y me transmite alegría, paz y tranquilidad. Me siento inspirada y me da ganas de empezar a crear… No estoy segura de que encontrara lo mismo en otro lugar…

Iratxe Arteta se queda pensativa durante unos segundos

Bueno, supongo que puede que sí porque llevas tu esencia con tus cosas, tus cuadros, pinceles, bocetos… pero bueno, que aquí me siento como en casa, es el lugar en el que más me gusta estar. Además, aquí tengo mis cuadros, y me gusta sentarme a mirarlos. Y lo que más me gusta es que me vengan a ver aquí, aunque todo esté patas arriba. Me encanta que las personas me vean trabajar, que sigan el proceso desde el principio hasta el final.

Me gusta enseñarle a la persona que me pide un cuadro todo lo que hago y porqué lo hago, porqué decido hacerlo de una manera y no de otra, y experimentan conmigo, desde el lienzo vacío hasta que la obra está terminada. A la gente le encanta porque es un proceso maravilloso.

También juego con los sentidos. Cuando alguien viene a verme, no sólo todos los detalles están calculados, también uso aromas para que la experiencia sea completa.

¿Pintas todo lo que te encargan?

No, no lo hago. Me han ofrecido pintar un montón de cosas y las he rechazado, no por nada -afirma con otra gran sonrisa- sino porque estoy en un momento de mi vida en que quiero pintar lo que a mí me gusta. Por supuesto, me adapto, siempre que sea dentro de mi estilo, mis texturas, mi paleta de colores, e incluso el grosor de los bastidores.

Todo ello lo definimos cuando las personas vienen a mi estudio, pero quiero mantener la libertad de seguir mi propio estilo. Por supuesto, puedo hacer algún pequeño cambio si me lo piden, pero no puedo hacer cosas que no me gustan, como, por ejemplo, pintar la cabeza de un toro.

Pero tú has pintado animales y plantas…

Si, es verdad, he sido y soy ilustradora, he pintado animales y plantas en libros, pero no es lo que me gusta ni lo que me apetece hacer. Mi alma, mi cuerpo, mi mente… Mi todo marcan mi estilo. Aún no he hecho ni un cuadro que no salga de mí. Ni de los materiales que elijo personalmente para hacerlos.

Mira.

Las manos de dedos finos de Iratxe Arteta golpean diversas superficies -para mi horror, por qué no decirlo, me aterra que estropee alguna de sus maravillas-

Esto es tabla-un toc toc evidencia la tabla – esto es lienzo -los nudillos de la pintora se hunden levemente en la tela-. Los bastidores me los hacen a mano y a medida. Estos tubos -me  enseña una suerte de ocres, amarillos, azules… – son de la mejor calidad.

¿Qué materiales, que no sean pinturas, utilizas para dar las texturas a los cuadros?

Pues utilizo un montón de cosas, sobre todo arenas de diferentes partes del mundo. Mi hermano ahora está en Portugal, así que me traerá tierra de allí. Una amiga está en isla Canela, traigo tierra de Mallorca y tengo una persona que me la manda de Ibiza, pero también de Asturias… También tengo tierras de diferentes grosores.

Esto, por ejemplo -me dice enseñándome una bolsa que contiene algo negro- es tierra volcánica, ese tono negro mezclado con otros productos da unos resultados que esta otra -me muestra una bolsa con un contenido algo más claro- una arena específica, puede dar.

Además, uso mucho la espátula, hay cuadros que sólo los hago con este instrumento.

Como cuido tanto los materiales que utilizo, y son todos de la mejor calidad, entrego un certificado de autenticidad con cada uno de mis cuadros. Una ficha técnica con todos sus datos.

Ayúdame a elegir uno de tus cuadros, ¿qué harás cuando vaya a pedirte que crees uno para mí?

Lo primero que necesito es hablar contigo y conocer a tu familia o a tu pareja, y ver tu casa. Tiene que ser algo que os encante a todos. Un cuadro es una inversión, y por eso necesito saber qué te gusta, dónde lo vas a poner, qué tipo de muebles tienes, de qué color son las paredes, si tienes cojines en el sofá, o en la cama si quieres ponerlo en el dormitorio… De qué color es el suelo, si vives de alquiler o ese cuadro estará ahí para siempre…

Si vinieras con una idea preconcebida, puede que te la hiciera cambiar por una mejor. Por ejemplo, si tienes una lámpara caída, no tiene sentido poner un cuadro detrás, pero si tienes una lámpara de pie, sí que lo tiene.

Después tenemos que elegir los tonos, que son fundamentales porque el cuadro no es un elemento independiente, tiene que integrarse en el espacio. También decidiremos la textura, el tipo de acabado, el tamaño, el soporte, si se va a enmarcar o no, dependiendo de nuevo del espacio…

Normalmente cuando pinto un cuadro en unos tonos… cambio de idea, pero nunca nadie me ha dicho que eso les disgustase, al contrario. Voy haciendo la composición y conforme voy avanzando decido que ya se puede ver. Entonces hago un vídeo o una composición del espacio en el que irá el cuadro, y si les gusta, que siempre les gusta, vienen al estudio a verlo.

Es decir, que tener un Iratxe Arteta requiere de una gran labor de investigación por tu parte

Si. Cuando alguien viene a mi estudio igual pasamos una o dos horas hablando, y nunca sé qué voy a pintar. Va a ser tu cuadro. Por ejemplo, en una casa minimalista de paredes blancas y escasa decoración no se puede poner lo mismo que en una casa perfectamente montada.

¿Y si en lugar de encargarte un cuadro, se llevan uno que ya esté pintado?

En ese caso hay que elegir siguiendo un poco los mismos parámetros. También me ha pasado que algunas personas quieren un cuadro que ya está vendido… y me piden uno igual. Bueno. Eso no puede ser. Será parecido, pero no será igual, porque cada pieza es exclusiva.

Has hecho de las redes sociales tus grandes aliadas

Si, muchos cuadros se venden por Instagram o por la página web. Las redes me parecen fundamentales para cualquier negocio. Hoy en día todo se mueve por Internet. 

El mundo del arte es muy competitivo, cosa que yo no sabía. Puedes ir por libre, puedes ir a las galerías, o puedes hacer una mezcla de ambas opciones. Yo soy muy bucólica, o muy bohemia, no sé -Iratxe sacude la cabeza tratando de buscar la palabra que la defina, lo consigue- me gusta poner un precio razonable a mis horas, a los materiales que utilizo y a la excelencia que siempre trato de dar a mi trabajo.

Por eso las redes sociales son fundamentales, agotadoras y trabajosas, pero fundamentales. Además, se necesita mucho tiempo para hacerlas funcionar. Hay que colgar cosas todos los días, con contenido atractivo… Para mí Instagram es la reina, y mi página web (iratxearteta.com) me ha sido muy útil para enseñar lo que hago. La verdad es que me han llamado bastantes galerías y estudios de decoración, y eso me alegra mucho porque yo busco que me conozcan.

Y ahora… una pequeña batería de preguntas rápidas

• ¿Qué libro estás leyendo?

Pues aún no lo he empezado pero uno de Supernanny que se llama «Niños desobedientes, padres desesperado» -se ríe cuando le digo que no lo puedo creer, conozco a Álvaro y es encantador, «una monada», como decimos en Mallorca- También me han regalado un libro sobre un pintor japonés, y otro sobre Expresionismo Abstracto. ¿Cuentan los cuentos que le leo a mi hijo? Cada noche caen uno o dos.

• ¿Cuál es tu película favorita?

«El diario de Noah», la he visto mil veces… me transmite una dulzura… y de pequeña me encantaba «Mientras dormías».

• ¿Comida que te encanta?

Uf, todo. Me encanta comer, pero últimamente prefiero más la verdura que la carne… me debo de estar volviendo mayor… -se ríe-.

• ¿A quién te encantaría conocer, actual o histórico?

A Rafa Nadal. Me parece muy buena persona con un gran fondo. Un luchador que nunca tira la toalla y además creo que a mi madre también le daría una gran alegría conocerlo. Pienso que transmite muchos valores positivos para la juventud, como la capacidad de superación, el juego limpio, el buen perder…

• ¿Mar o montaña?

Cien por cien, mar.

• ¿Búho o alondra?

Búho. Totalmente. Soy absolutamente nocturna. A partir de las ocho de la tarde revivo y no hay quien pueda conmigo.

• ¿Música?

Normalmente pop, de la radio, pero cuando pinto escucho música muy tranquila, a veces brasileña, a veces francesa, aunque no conozca al autor.

• ¿Pintor preferido?

Fernando Zóbel. Es delicado, me encanta su pintura en todas sus etapas.

Hasta aquí la entrevista con esta amiga y gran artista. ¿Te gustaría contactar con ella? Este es su contacto: info@iratxearteta.com  Y si quieres conocer a otros amigos de casitaperfecta.com, no dudes en pasarte por estas entradas.

Y si quieres formar parte de nuestra historia contándonos la tuya… ponte en contacto con nosotros.

Error: Formulario de contacto no encontrado.